¡¡¡ Felices Pascuas de resurrección!!!

¡¡¡Felices Pascuas de Resurrección!!!

Queridos hermanos, amigos, compañeros de camino…

En este tercer día, de este día grande, la Octava de Pascua, deseo compartirles mis mejores deseos de pascua...

Este es el día más importante para el cristiano, porque significa que la esperanza de una vida eterna en compañía de Dios es real, gracias a la Resurrección de Cristo. Lo mejor de todo es que esta gozosa existencia es de acceso universal y libre, sólo se necesita cumplir con una condición: amar. Amar a Dios sobre todos las cosas y mar al prójimo como a nosotros mismos… Amarnos unos a otros, como Dios nos a amado.

Como afirma el Papa Benedicto XVI: La resurrección de Cristo no es fruto de una especulación, de una experiencia mística. Es un acontecimiento que sobrepasa ciertamente la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble.

La luz que deslumbró a los guardias encargados de vigilar el sepulcro de Jesús ha atravesado el tiempo y el espacio. Es una luz diferente, divina, que ha roto las tinieblas de la muerte y ha traído al mundo el esplendor de Dios, el esplendor de la Verdad y del Bien.

Así como en primavera los rayos del sol hacen brotar y abrir las yemas en las ramas de los árboles, así también la irradiación que surge de la resurrección de Cristo da fuerza y significado a toda esperanza humana, a toda expectativa, deseo, proyecto. Por eso, todo el universo se alegra hoy, al estar incluido en la primavera de la humanidad, que se hace intérprete del callado himno de alabanza de la creación. El aleluya pascual, que resuena en la Iglesia peregrina en el mundo, expresa la exultación silenciosa del universo y, sobre todo, el anhelo de toda alma humana sinceramente abierta a Dios, más aún, agradecida por su infinita bondad, belleza y verdad.

«En tu resurrección, Señor, se alegren los cielos y la tierra». A esta invitación de alabanza que sube hoy del corazón de la Iglesia, los «cielos» responden al completo: La multitud de los ángeles, de los santos y beatos se suman unánimes a nuestro júbilo. En el cielo, todo es paz y regocijo. Pero en la tierra, lamentablemente, no es así. Aquí, en nuestro mundo, el aleluya pascual contrasta todavía con los lamentos y el clamor que provienen de tantas situaciones dolorosas: miseria, hambre, enfermedades, guerras, violencias. Y, sin embargo, Cristo ha muerto y resucitado precisamente por esto. Ha muerto a causa de nuestros pecados de hoy, y ha resucitado también para redimir nuestra historia de hoy.

Deseo que este hermoso tiempo pascual que estamos viviéndonos ayude a vivir la experiencia del Resucitado, para que así, Cristo resucitado nos abra el camino de la libertad, la justicia y la paz.

La pascua hade ser para todos nosotros un renovar nuestro compromiso de vivir la vida nueva de los hijos de Dios a las que nos ha introducido la resurrección gloriosa de Cristo

De corazón deseo a todos… ¡¡¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!!!….

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