DÍA
INTERNACIONAL DE LA PAZ
En todo ser humano, de una u otra cultura,
persiste el anhelo de paz, que se expresa en la necesidad de justicia,
convivencia, amor y hermandad. La paz es parte constitutiva de lo humano en
tanto que éste es consciente de esa preciosa posibilidad. La paz ha sido expresada en diferentes culturas
como estados de armonía y equilibrio, sustentados en procesos de consciencia
plena. Si se quiere, la paz es un estado absoluto de consciencia y serenidad.
Sin embargo, cuando se plantea la Cultura de Paz
como tal, aquella comprensión interna y espiritual, avanza hacia una dimensión
socio/histórica concreta y activa que aspira a interpelar, sobre todo, las
formas dadas y sus resultados respecto a la convivencia humana entre
comunidades locales y naciones, cuyo máxima aberración que aún estremece fueron
las dos guerras mundiales.
Nosotros que vivimos en una sociedad marcada por
la inseguridad y la violencia, reconociendo que la paz es un don de Dios y una
tarea de los hombres y mujeres, debemos comprometernos a ser constructores de
paz y para ello, pidamos a Dios que nos haga instrumentos de paz.
Oh, Dios, Creador del universo,
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura
y que guías los eventos de la historia a la meta de
la salvación;
reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan
encontrar entre sí la armonía.
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan
encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.
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