¿Por qué miércoles? ¿Por qué de Ceniza? Cuando en el
siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta comenzaba seis
semanas antes de Pascua. Por tanto, un domingo llamado, precisamente, domingo
de cuadragésima. Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como
práctica cuaresmal. Aquí surgió un inconveniente: desde los orígenes nunca se
ayunó en día de domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del
Señor. ¿Cómo hacer para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días
efectivos de ayuno? Corrieron el comienzo de la Cuaresma el miércoles previo al
primer domingo. Si uno cuenta los días que van del Miércoles de Ceniza al
Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente cuarenta.
Las iglesias cristianas siguen esta arraigada costumbre
del pueblo cristiano y comienzan la Cuaresma el miércoles de Ceniza. ¿Por qué
de Ceniza? La ceniza es un signo de penitencia muy fuerte en la Biblia (Jonás
3, 6; Judit 4, 11; Jeremías 6, 26). Siguiendo esta tradición, en la Iglesia
primitiva eran rociados con cenizas los penitentes públicos como parte del rito
de reconciliación.
Al desaparecer la penitencia pública, la Iglesia conservó
este rito, es decir, el mismo gesto penitencial para todos los cristianos. El
pueblo de Dios tiene un particular aprecio por el miércoles de ceniza y sabe
que ese día comienza la Cuaresma. Participando del rito de la ceniza acompañado
en casos del ayuno y la abstinencia manifiesta el propósito de caminar
decididamente hacia la Pascua. Ese recorrido pasa por la conversión y la
penitencia.
El miércoles de ceniza nos recuerda que Dios nos hizo del
polvo de la tierra y que polvo volveremos a ser. Al comenzar este tiempo de
cuaresma, celebremos este miércoles de ceniza sabiendo que hay muchas razones
para echarnos cenizas sobre nuestras cabezas.
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